SALUDO A NUESTRAS COMUNIDADES MERCEDARIAS
Apreciados hermanos y hermanas:
Nos es muy grato dirigirles unas palabras de alegría y esperanza al concluir nuestro Capítulo Provincial celebrado en Rapel de Navidad, del 9 al 14 de enero de 2023, bajo la presidencia de Mons. Alberto Lorenzelli Rossi, SDB, Obispo Auxiliar de Santiago, la presencia del Maestro General P. Osvaldo Vivar Martínez, y los religiosos de la Provincia Mercedaria de Chile.
En primer lugar, queremos agradecer al Señor que nos regala este tiempo para reencontrarnos como hermanos en la fe y en el servicio redentor que ofrecemos en cada comunidad. Hemos compartido la oración común cada día y hemos celebrado nuestra fe en la liturgia, centrada siempre en la Palabra que Dios nos ofrece, sobre todo, compartiendo la santa eucaristía, fuente y culmen de nuestro encuentro con Cristo Redentor. Alrededor del altar se robustece nuestra comunión y unión fraterna. Así el Capítulo Provincial nos impulsa de nuevo al encuentro en fraternidad comunitaria.
En segundo lugar, hemos revisado nuestro estilo de vida y misión apostólica. Nos damos cuenta de nuestras falencias pero también de nuestros logros en el camino de nuestra vida religiosa mercedaria que nos animan a seguir adelante. Hemos renovado nuestro compromiso de seguir las huellas de nuestro maestro y modelo, Cristo Redentor. Necesitamos, como nos lo ha recordado Mons. Lorenzelli, asumir que “la revitalización de la Provincia depende de la renovación personal y comunitaria de sus miembros”.
No es menos importante el desafío de revitalizar nuestra identidad carismática mercedaria, lo que implica volver, una y otra vez, a la inspiración del carisma redentor de Nuestro Padre San Pedro Nolasco. Asumimos el llamado a vivir una fidelidad creativa, comprometida y permanentemente renovada. Para ello, hemos soñado con una comunidad mercedaria que haga más visible el don del carisma original. Necesitamos una revitalización del don, una reestructuración que nos lleve a una calidad de vida evangélica junto a una buena organización comunitaria y personal.
De este modo, nos comprometemos a vivir el hoy de nuestra vocación y misión redentora, que se traducirá en una escucha más atenta y profunda del querer de Dios en los lugares donde hoy quiere ser encontrado.
Así mismo, este proyecto, al que nos hemos comprometido, tenemos que hacerlo en comunión con nuestros hermanos laicos en sintonía con nuestros ideales redentores.
Finalmente esperamos, que la reestructuración que emprendemos, nos conduzca a un enriquecimiento de nuestra vocación carismática que invite a muchos a unirse a nuestra familia mercedaria.
Queremos agradecer a todos los que se han unido con nosotros con sus oraciones por el éxito del capítulo que hemos concluido.
Que Dios y Nuestra Madre de la Merced les bendigan y acompañen.
Un saludo fraterno de todos los capitulares
