
14 de noviembre. Fiesta de San Serapio, religioso y mártir mercedario.
Nacido hacia 1178 en las islas británicas y emparentado con la monarquía escocesa, fray Serapio Scott fue un caballero de su tiempo. Participó junto al rey Ricardo Corazón de León en la Tercera Cruzada, y ya entonces se destacó por asistir a los cautivos liberados en Palestina. Más tarde, tras servir en la histórica batalla de Las Navas de Tolosa, su vida dio un giro inesperado: al conocer a san Pedro Nolasco, ingresó a la Orden de la Merced, cambiando las armas del combate por las del amor redentor.
Impulsado por la caridad hacia los cautivos, Serapio realizó numerosas redenciones, entre ellas una junto a san Ramón Nonato, en la que lograron liberar a más de 150 personas. En su última misión, en Argel (1240), fue tomado prisionero y, al no llegar a tiempo su rescate, entregó su vida en la cruz, siendo crucificado en forma de aspa, como san Andrés. Sus últimas palabras, según la tradición, fueron un himno de esperanza: “¡Oh dulce y precioso leño, perfecta imagen de Aquel en quien murió mi amado Jesús; por Ti espero subir a la bienaventuranza!”
De caballero de guerra a caballero de la Merced
La historia de san Serapio es la de un hombre que comprendió que la verdadera liberación no se logra con la espada, sino con el amor. Su conversión lo llevó a dejar la lucha violenta para abrazar el camino de la paz y la entrega, haciendo suya la misión mercedaria de “dar la vida por la libertad de los cautivos”.
Como señala la reflexión mercedaria:
“Serapio descubre que la vida no se puede guardar, sino entregar. Su ejemplo sigue siendo un faro que recuerda la importancia de sembrar la vida para que dé fruto abundante.”
Oraciones e intenciones
Por los hermanos cooperadores de la Orden, para que imiten el espíritu de fe y sacrificio de san Serapio.
Por las vocaciones mercedarias, para que, inspiradas en su ejemplo, sigan el camino de Cristo Redentor.
Por quienes confían más en sus fuerzas que en la gracia de Dios, para que descubran el poder transformador del amor.
Que san Serapio, mártir de la Merced, interceda por nosotros y nos enseñe a vivir con valentía el Evangelio de la libertad y la caridad.
Fuente: Secretaría Pastoral Provincia Mercedaria de Chile.
