
Durante tres días, los participantes vivieron momentos de encuentro y reflexión, guiados por el deseo de renovar su fe y fortalecer su vocación de servicio desde el carisma mercedario. Inspirados por la figura de Cristo Redentor y la presencia maternal de María de la Merced, los jóvenes profundizaron en el llamado a ser testigos de esperanza y liberación frente a las cautividades del mundo actual.
El encuentro combinó espacios de formación, oración comunitaria, dinámicas grupales, misión y celebración, permitiendo a los asistentes reconocerse como una gran familia que comparte la misma fe y el mismo espíritu redentor. La fraternidad, la alegría y el compromiso con la libertad fueron los ejes que marcaron cada jornada, recordando que la esperanza crece cuando se vive en comunidad.
El encuentro concluyó con una Eucaristía de envío, donde los jóvenes agradecieron a Dios por el don de la vocación y encomendaron su camino a la Virgen de la Merced, madre y guía de los cautivos. Con el corazón encendido por la fe, se comprometieron a seguir construyendo comunidades que sean signo del amor que libera.
“Porque la esperanza es Cristo que camina con nosotros.”
“Y María de la Merced nos cubre con su manto para seguir creyendo y soñando.”
Fuente: Secretaría Pastoral Provincia Mercedaria de Chile.
