Entre los días 5 y 10 de mayo de 2025, se está llevando a cabo en Roma el Encuentro Internacional de Sacerdotes Mercedarios Jóvenes, bajo el lema: “¿De la ilusión al desencanto?”. Este importante evento tiene lugar en la Curia General de la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced y convoca a religiosos y sacerdotes con votos solemnes, de entre 1 y 10 años de ministerio o profesión.
Desde Chile, participan tres religiosos de nuestra Provincia: el P. Carlos Ortega, el P. Alfredo Guzmán y el P. Antonio Boa, quienes representan a nuestra comunidad en este espacio de formación permanente, fraternidad y renovación vocacional.
La temática del encuentro aborda el fundamento histórico y espiritual de la Merced, su identidad carismática, una visión teológica de la vida consagrada y las perspectivas de futuro para los jóvenes religiosos de la Orden. Con una metodología principalmente práctica e interactiva, el curso invita a compartir experiencias, reflexionar sobre los desafíos del camino vocacional y encontrar herramientas que fortalezcan la consagración y el apostolado en el contexto actual.
La ilusión nos impulsa, nos motiva y nos llena de esperanza, pero a medida que nos enfrentamos a la realidad, podemos encontrarnos con el desencanto, una sensación de pérdida, desilusión y desengañ”, expresa la introducción del programa formativo. En este contexto, el encuentro busca ofrecer luces para equilibrar emocionalmente la experiencia religiosa, y cultivar una mirada esperanzadora, resiliente y comprometida frente a los desafíos del ministerio.
Como parte de la cobertura de esta experiencia, conversamos con los tres religiosos que asistieron en representación de nuestra Provincia, quienes nos compartieron sus impresiones personales sobre esta instancia internacional de formación. A continuación, las preguntas y sus respectivas respuestas:
Padre Alfredo, ¿podría contarnos en qué consiste este encuentro de sacerdotes mercedarios jóvenes que se está realizando en Roma y cuál es su objetivo principal?
Este encuentro consiste en un espacio de fraternidad para los religiosos que han cumplido entre 1 y 10 años de ministerio sacerdotal. Es una instancia promovida por el consejero de Vida Religiosa y por la Orden entera, para animar la vida religiosa de los presbíteros y religiosos mercedarios.
Se realiza en Roma, en la Curia General, en el contexto del Año Jubilar y de la elección del nuevo Papa. Somos alrededor de 32 religiosos reunidos aquí, provenientes de distintos países. Desde Chile participamos el padre Carlos Ortega, el padre Antonio Boa (de la Delegación de Angola) y yo.
El objetivo del encuentro es generar fraternidad, encontrarnos entre generaciones y profundizar temáticas propias de este tiempo inicial de consagración (primeros 10 años de vida religiosa y sacerdotal), como el tema central del encuentro: “¿De la ilusión al desencanto?”.
¿Qué ha significado para usted participar en este espacio de formación, oración y fraternidad junto a otros religiosos mercedarios de distintos países del mundo?
Para mí es un regalo de Dios, especialmente en este Año Jubilar de la esperanza y en este momento eclesial marcado por la elección del nuevo Papa. También ha sido muy significativo encontrarme con hermanos de Ecuador y Perú con quienes compartimos un encuentro similar en el año 2012.
Por eso valoro profundamente este espacio de encuentro, de apertura a otras realidades y culturas, pero todos reunidos en torno al mismo fin: conocer más a fondo la vida de san Pedro Nolasco, profundizar en nuestra vida religiosa y renovar nuestra vocación, siempre animados por haber sido llamados por el mismo Señor, Jesucristo.
Además, vivir esta experiencia justo en el año en que cumplo 10 años de sacerdocio, la hace aún más significativa y bella para mí.
Padre Antonio Boa, de la Delegación de Angola:
¿Hay algún momento, enseñanza o testimonio que lo haya tocado especialmente en estos días que lleva en el encuentro?
Sí. Se nos invita a testimoniar desde nuestras realidades concretas, y el Evangelio que escuchamos el día martes nos llamaba a estar junto a la Iglesia perseguida. Me marcó especialmente la primera parte de la historia de la Orden. Siempre es enriquecedor volver a los orígenes, conocer en profundidad cómo y cuándo comenzó nuestra historia.
Así como Jesús envió a sus apóstoles, también el Maestro General nos envía a nuestras comunidades, especialmente a las que sufren y son perseguidas, para acompañar a nuestros hermanos. Los mercedarios estamos llamados a ser testigos de esperanza, redención y consuelo para los que más sufren.
Padre Carlos Ortega, ecónomo provincial y capellán del colegio San Pedro Nolasco de Valparaíso:
¿Cómo cree que esta experiencia puede enriquecer su ministerio sacerdotal y su servicio a la Iglesia y a la Orden aquí en Chile?
Ha sido un encuentro que me ha permitido reafirmar y confirmar mi ministerio, mi servicio a la Orden y a la Iglesia. Fue muy enriquecedor compartir con hermanos de otras nacionalidades y ver cómo viven y encarnan el carisma de Nolasco en contextos tan distintos como Venezuela, Cuba, África y Europa.
Al escuchar a mis hermanos, dialogar e intercambiar experiencias, uno se nutre y se fortalece. Esta experiencia confirma la vocación, entendida en clave de servicio, y renueva el entusiasmo por seguir construyendo Iglesia desde la Merced.
Como Provincia, acompañamos con nuestra oración a los hermanos que han viajado a Roma, y damos gracias por estos espacios de encuentro que fortalecen la comunión fraterna, el carisma redentor y el espíritu misionero de nuestra querida Orden.
Fuente: Secretaria Pastoral Provincia Mercedaria de Chile.