6 de Mayo: San Pedro Nolasco, Fundador de la Orden de la Merced
Provincia Mercedaria
de Chile

6 de Mayo: San Pedro Nolasco, Fundador de la Orden de la Merced

Martes 06 de Mayo, 2025

 
Hoy, la familia Mercedaria celebra el día de San Pedro Nolasco, quien siguiendo el llamado de Cristo y animado por la Virgen de la Merced, decidió en un mundo adverso, amar y hacer la diferencia.

NOTAS HISTÓRICAS

 

Pedro Nolasco vive en el entorno medieval de Barcelona, en el que desde joven ejerce el oficio de mercader, oficio que hereda de su padre y que continuará durante toda su vida. Si a Pedro el pescador de Galilea, Jesús lo llamó a ser pescador de hombres, a Pedro Nolasco lo llamará a ser mercader de libertad. Descubre en su contacto con el puerto de Barcelona y con los de la ribera del Mediterráneo la llaga de la cautividad marcada en la vida y existencia de tantos hombres, mujeres y niños que ven truncada su existencia, en manos de los enemigos de la Ley de Cristo. Existía en aquel momento la función de redentor de cautivos, que llevaban a cabo exeas y alfaqueques. Pero los cautivos pobres, no tenían quien procurase por ellos y estaban abocados a morir en su mísera situación o a renegar de su fe.

 

Ante este drama que toca su corazón, Pedro decide embarcarse en la tarea de redimir a los pobres cautivos, invirtiendo primero sus bienes, luego incorporando a la obra redentora a sus amigos. Pero cuando los ánimos decaen, las fuerzas no llegan y los caudales se quedan cortos, Pedro Nolasco siente cómo María le anima a seguir, a no desfallecer ante el sufrimiento de los demás.

 

Y la Merced surge desde la pequeñez y la humildad como pequeña fraternidad de hermanos redentores que se desviven por conseguir limosnas con las que organizar la redención de los pobres cautivos. En una fecha que la tradición marca como el 10 de agosto de 1218 aquella fraternidad del Hospital de santa Eulalia de Barcelona con el apoyo real y eclesiástico se forma como orden religiosa en la que todos están dispuestos a dar la vida por los cautivos.

 

El sur de Francia, Cataluña, Mallorcam, Valencia, Aragón y Castilla van viendo surgir casas de Merced que con pocos pero animosos religiosos llevan el mensaje de libertad por los polvorientos caminos de la Península y se atreven a cruzar el Mediterráneo para ser esperanza para los cautivos. En 1235, logra del papa Gregorio IX la confirmación pontificia de la Orden con la bula Devotionis vestrae.

 

La vida de Pedro Nolasco se va desgastando entre los muchos viajes y cavilaciones por los cautivos, la preocupación por los religiosos y para que no falten las limosnas de la redención, fianlizando su peregrinación terrena en Barcelona, en su convento construido en el arenal de la Vilanova, junto al mar, el 6 de mayo de 1245.

 

La Congregación de Ritos aprobó el culto inmemorial el 30 de septiembre de 1628, y el 19 de junio de 1655 se incluyó su nombre en el Martirologio Romano. El papa Alejandro VII extendió su culto a toda la Iglesia el 11 de junio de 1664.

 

NOTAS PASTORALES

 

La vida de Pedro Nolasco se puede resumir en dos verbos: visitar y redimir. Sintetizan toda la capacidad de amar y entregarse en favor de los pobres cautivos, que prisioneros en manos de los enemigos de la ley de Cristo, es decir, de su evangelio, sufrían las penas de la falta de libertad, y de la tentación de la apostasía.

 

Visitar es el verbo que habla de movimiento, de aproximación, de dejar las actividades que uno desarrolla en un momento determinado, dejarlo todo para ir al encuentro de otra persona, al encuentro de alguien que me importa, que es valioso para mí. La sagrada escritura está llena de estas visitas. En el nuevo testamento, la visita de María a su prima Isabel es quizá muy significativa. Se puso en camino, y fue deprisa. Fue a casa de su familiar. La vida de Pedro Nolasco está llena de estos gestos de visita. Una visita a los cautivos es ir a compartir con ellos la dura situación del cautiverio. No envía mensajeros por delante, no necesita embajadores. Es él mismo en persona el que se acerca. Necesita descubrir el rostro de Cristo en el cautivo, y por eso se acerca hasta ellos, los visita.

 

Redimir es el segundo verbo de Pedro Nolasco. La visita lo lleva hasta el lugar del cautiverio. La redención es el movimiento de regreso; desde la opresión a la libertad. Pedro Nolasco que se ha acercado hasta el cautivo no se queda allí en la oscuridad de las cadenas, sino que también se pone en acción para regresar a la casa de la Merced, que es casas de libertad, de aogida y de hospitalidad. No basta compartir un momento con los cautivos, llevando un poco de consuelo. La vida de Pedro Nolasco espuro compromiso de redención, y para eso hay que sacar, y acompañar de regreso. No sirve comprometerse un poco o por un momento, no basta siquiera estar un tiempo con los cautivos. Se compromete a devolver la libertad.

 

Hoy Pedro Nolasco es para los mercedarios el mejor signo de la acción liberadora de Jesús, y el que impulsa al compromiso redentor. La vida mercedaria debe estar llena de este movimiento de visita y redención. Capacidad de ir al encuentro del hermano que sufre, compartir sus penalidades; capacidad de sacar del cautiverio, comprometiendo la propia vida y los propios recursos. No se puede ser mercedario delante de la televisión, sufriendo por las noticias del cautiverio, no se puede ser redentor enviando a otros. El ejemplo de san Pedro Nolasco motiva, impulsa y mueve a visitar y redimir.

 

Oramos hoy para que los perseguidos y oprimidos por su fidelidad a Cristo encuentren en la Orden de la Merced ayuda y consuelo, para que lo que sufren las nuevas formas de cautividad experimenten al Dios de la misericordia y del consuelo que se hace misericordioso con ellos compartiendo su dolor y angustia, y para que los religiosos mercedarios trabajen en la Iglesia encarnando el espíritu de fe, de amor y de libertad que san Pedro Nolasco practicó de modo admirable.

 

Fuente: “La Merced en la liturgia”, 2024-2025.

 



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