La Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced conmemora este sábado, 10 de agosto de 2024, 806 años desde su fundación, con 458 años de presencia ininterrumpida en Chile. En su carta para esta ocasión, el padre Mario Salas, superior provincial de la Orden en Chile, resaltó el compromiso continuo de la comunidad mercedaria en el país y en Angola, recordando los hitos históricos que han marcado su trayectoria.
Desde su llegada a Chile en 1535 con la expedición de Diego de Almagro y la fundación de su primera comunidad en Santiago en 1548, los mercedarios han desempeñado un papel fundamental en la vida religiosa y social del país. "Somos la primera comunidad religiosa que llega a Chile", subrayó el p. Mario, destacando la influencia constante y duradera de la Orden en la Provincia.
En su mensaje, el superior provincial aborda los desafíos actuales que enfrenta la Orden, tanto en el escenario global como en el contexto local. La incertidumbre provocada por los conflictos en Rusia-Ucrania e Israel-Palestina, así como las tensiones en Nicaragua y Venezuela, plantean interrogantes sobre el papel de la Orden en la construcción de una sociedad más justa y dialogante.
También destacó la compleja situación migratoria en Chile, haciendo un llamado a la comunidad a responder con una mirada basada en el Evangelio y la espiritualidad redentora.
A pesar de los retos, este aniversario es también una oportunidad para celebrar los logros recientes de la Provincia Mercedaria de Chile, como la Jornada Mercedaria del Buen Trato y el curso sobre espiritualidad y desafíos modernos, organizado en conjunto con la Pontificia Universidad Católica de Chile.
El Padre Salas resaltó especialmente la misión mercedaria en Angola, que este año celebra 32 años de presencia. Un hito destacado ha sido la ordenación sacerdotal del hermano Tchaly, una nueva vocación que fortalece la Delegación y que es motivo de gran alegría para toda la comunidad.
"Es un tiempo de Dios y estamos llamados a vivenciarlo", concluyó el Padre Salas, instando a la comunidad mercedaria a seguir adelante con esperanza y dedicación en su misión redentora.
Que nuestra Madre de la Merced, y nuestro Padre Fundador San Pedro Nolasco, nos alcancen por su intercesión la gracia de ser fuente de libertad y redención para los cautivos de hoy. Que la caridad redentora siga iluminando amplios horizontes en los cuales podemos seguir sirviendo, como Familia Mercedaria, a la Iglesia y al mundo de hoy.
La carta del padre Mario se encuentra disponible para ser descargada en esta misma noticia.
Fuente: Secretaría Pastoral Provincia Mercedaria de Chile.