Estimados hermanos (as):
Vaya para todos un saludo fraterno en este día 06 de mayo, día en el cual celebramos a nuestro padre fundador san Pedro Nolasco, que siguiendo las huellas de Cristo Redentor, es el mejor modelo a seguir como el primer mercedario de nuestra historia. Hoy volvemos a tener la oportunidad para profundizar en su vida y en su testimonio que perdura hasta la actualidad, en medio de cada una de nuestras presencias apostólicas.
Aunque ya llevamos poco más de ocho siglos de Merced, volvemos a poner la mirada en su obra, que nos inspira para entregar la vida en favor de los cautivos de nuestro tiempo.
Esta comunicación la escribo desde la ciudad de Roma, a un costado de la sede de Pedro, donde junto a toda la Orden representada por cada uno de los religiosos capitulares, venidos de todas las provincias mercedarias esparcidas por el mundo, celebramos el XVII Capítulo General 2022. Con el lema: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2, 5), nos estamos colocando humildemente a la escucha del Maestro, para descubrir su Voluntad.
Han sido días de profunda comunión y fraternidad, donde contemplamos a través de las lecturas e informes de las memorias de las provincias de nuestra Orden, el hermoso abanico redentor que se manifiesta en alrededor de los 23 países donde estamos presentes como familia mercedaria.
Ha sido una hermosa oportunidad para poder darnos cuenta del maravilloso servicio redentor que se realiza en muchos lugares del mundo y que nos permite sentirnos partes de la Orden de la Merced.
Toda esta vivencia redentora se ha iniciado a partir de una experiencia muy concreta, la de un hombre, San Pedro Nolasco, que junto a un grupo de amigos crea una comunidad de hermanos que, escuchando a la Santísima Virgen María, funda una congregación que se encarga de redimir a los cristianos que sufren la cautividad.
Me imagino que en cada una de nuestras comunidades será hoy un día muy especial, marcado por la alegría de sentirnos partes de esta familia mercedaria en Chile y Angola. Quiero invitarles a que no desaprovechemos esta oportunidad y volvamos a poner la mirada en San Pedro Nolasco, no solo volver a redescubrir su vida y su servició redentor que vivió junto a sus primeros compañeros. Los desafiantes escenarios que enfrentamos a nivel nacional e internacional, nos exigen volver a poner la mirada de manera activa en las complejas realidades históricas que estamos viviendo, marcadas lamentablemente por la incertidumbre y el dolor producido por el horror de una guerra que aún está desarrollo; desde este complejo escenario me atrevo a formular unas preguntas que puedan servir para la reflexión en este día: ¿cómo enfrentaría San Pedro Nolasco esta realidad?, ¿Cuál sería su preocupación?.
Quiero aprovechar también estas letras para invitarlos a iniciar las celebraciones de los 30 años de presencia Mercedaria en Angola. Es un caminar ya de tres décadas, marcadas con luces y sombras, pero sustentada en el fondo como una obra de Dios. Lo hemos hecho junto a María nuestra Madre de la Merced, quien ha bendecido todo nuestro servicio redentor en tierras africanas. Será un tiempo para intensificar más la oración por cada uno de nuestros hermanos misioneros que están en la Delegación y por los apostolados en los cuales servimos. Los religiosos de la Delegación están organizando un nutrido programa, que en los próximos meses nos lo darán a conocer.
Concluyo este mensaje. Probablemente a la hora que estén leyendo estas letras, ya la Orden tendrá su nuevo Maestro General y un nuevo Consejo General. Los encomendamos a nuestra Madre de la Merced; que su servicio de animación a toda la Orden, nos ayude a vivir intensamente nuestra dimensión carismática redentora al servicio de nuestros hermanos y hermanas.
Fraternalmente,
Fray Mario Salas Becerra
Superior Provincial
