Mensaje de fray Juan Carlos Saavedra, Maestro General, en el día de Cristo Redentor
Provincia Mercedaria
de Chile

Mensaje de fray Juan Carlos Saavedra, Maestro General, en el día de Cristo Redentor

Viernes 09 de Julio, 2021

 


Con Cristo Redentor, María de la Merced y san Pedro Nolasco en fraternidad y servicio.

Prot. MG 61/2021

NOS HAS REDIMIDO PARA DIOS CON TU SANGRE (Ap 5,9)

 Familia mercedaria: ¡Feliz día del Santísimo Redentor!

En este día de fiesta, les expreso mis saludos fraternos al contemplar la gloria de Dios, quien a través de su sacrificio nos ha redimido en la hora de la cruz, donde brotó sangre y agua de su costado (Jn 19.34), por el cual, como bautizados hemos encarnado la fe llena de Espíritu santo en el caminar de la Iglesia.

En esta ocasión, recordando las palabras del Papa Francisco, que nos dirigió al inicio del Jubileo, La Merced: 800 Años, el día 6 de diciembre de 2017, refiriéndose a uno de los tres pilares de nuestro carisma y espiritualidad, decía lo siguiente:

“El tercer protagonista que completa el cuadro de la historia del Instituto es Cristo Redentor; en él damos un salto cualitativo, pues pasamos de los discípulos al Maestro. Como al joven rico, Jesús nos interpela con una pregunta que nos toca profundamente: ¿Quieres ser perfecto? (cf. Mt 19,21; 5,48). No vale un conocimiento teórico, ni siquiera una adhesión sincera a los preceptos de la Ley divina «desde la juventud» (Mc 10,20); sino que Jesús nos mira a los ojos y nos ama, pidiéndonos que lo dejemos todo por seguirle”.

 En clave de discernimiento, estamos invitados a través de estas letras a profundizar y repensar nuestra vida consagrada, de seguimiento y discipulado, en camino de conversión, para seguirlo en fidelidad creativa a la luz de la fe, la esperanza y la caridad al asimilar los consejos evangélicos de pobreza, obediencia y castidad, que hacen posible la encarnación del cuarto voto mercedario, plasmado en “la redención de los cautivos” a ejemplo de Cristo Redentor, Maestro y modelo de todo mercedario (COM 6).

Viviendo estos tiempos complejos, de incertidumbres, miedos, riesgos y búsqueda de alternativas y soluciones, me alegra saber que cada uno de ustedes han sabido responder a los signos de los tiempos (Mt 16,3), por el cual, han asumido gestos redentores que hacen posible y viable la oración hecha solidaridad. De tal modo, que el fruto de ello, ha sido salir de la casa religiosa para ir al encuentro de los más necesitados, acompañando a los enfermos del coronavirus sea en el interior de la casa religiosa, como en el corazón de las familias que se han visto vulneradas por las enfermedades, la economía, el distanciamiento social y otros factores que han sacado a la luz que el mundo no estaba preparado para una pandemia mundial.

Sin embargo, a pesar de las dificultades encontradas en el caminar de la vida, ha sido satisfactorio saber que como llamados y convocados para vivir en fraternidad a través de la oración y el servicio eclesial, hemos procurado hacer lo mejor posible en favor del prójimo. Sabemos que algunas cosas no han sido fáciles de resolver o llevar adelante, quizás nos hemos agotado y desilusionado en el camino, pero gracias a Dios nos hemos levantado y fortalecido en la esperanza, por el cual, hemos dejado huellas de Merced en la mente y el corazón de los cautivos.

Por todo ello, quiero decirles gracias por su apoyo y colaboración en los caminos de la evangelización. Por eso, pido al Santísimo Redentor que nos siga invitando para seguirle y responder con generosidad hasta alcanzar la meta que nos da signos y luces de salvación.

Gracias por elevar una oración por nosotros, aún más, gracias por su cercanía a través de las comunicaciones diarias, por el cual, seguimos la vida de la Orden y el acontecer mundial. Que el Santísimo Redentor, en su infinita Misericordia los consuele siempre y sensibilice con su Vida, Pasión, Muerte y Resurrección, para seguir apostando por la libertad y la redención de nuestros hermanos y de aquellos pueblos que se encuentran en peligros y ansiedades.

Unidos en la plegaría, parafraseando la oración final de nuestra liturgia, les auguro una bonita celebración eucarística que condensa la misericordia de Dios Padre, quien al enviar a su Hijo nos ha liberado de las esclavitudes, sobre todo del mal y del pecado, que no dejan progresar en la fe; por ello, unidos en familia bajo el patrocinio de Nuestra Madre de la Merced, y la compañía de san Pedro Nolasco, nuestro fundador, pidamos que el espíritu de Cristo Redentor nos socorra de las angustias de la vida y nos conduzca a la salvación y la libertad de los hijos e hijas de Dios.

 ¡Muchas bendiciones para todos!

Roma, 9 de julio de 2021, a los 802 Años de la fundación de la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced.

 

Fray Juan Carlos Saavedra Lucho O. de M.

Maestro General

 



Provincia Mercedaria de Chile
Curia Provincial
Dirección: Mac - Iver #341, Santiago Centro
Teléfonos: 2639 5684 / 2632 4132