Este sábado la familia mercedaria vivió con alegría la profesión de votos simples de los hermanos Juan Jara Parra y Bastián Arredondo Faúndez. Debido a la pandemia se limitó la presencia en la Basílica de la Merced y se enriqueció con la presencia virtual de hermanos y hermanas de diferentes regiones de Chile y el mundo quienes quisieron celebrar la fe y vocación de estos jóvenes mercedarios.
Presidió la eucaristía fray Mario Salas, superior provincial y concelebrantes principales, los consejeros, fray Ramón Villagrán y fray Carlos Ortega. Además, concelebraron y acompañaron religiosos de diferentes comunidades, fray Jaime Nawrath, de El Salto; fray Alfredo Guzmán, de Valparaíso; el obispo de Copiapó y ex superior provincial, P. Ricardo Morales; el consejero y superior de Chillán, fray Fabián Quiróz (comunidad de origen de Juan Parra) y fray Guillermo Cartes, de Quillota (comunidad de origen de Bastián Arredondo), además del superior y párroco de la Basílica de la Merced, fray Anselmo Espinoza.
Familiares directos de Juan Jara y Bastián Arredondo participaron de manera presencial en la eucaristía, y como lo señalábamos, de manera virtual acompañaron de diferentes comunidades de Chile y del noviciado san Ramón de España, participó el padre Luis Mejías, Maestro de Novicios, lugar en el que ambos vivieron este tiempo de formación.
En su homilía, el padre Mario Salas, recordó que este año “ha estado marcado por cosas muy potentes, con su presencia en España en el noviciado, les tocó la pandemia, recibíamos las noticias alarmantes en enero y febrero. Nos imaginamos la preocupación de sus padres y familiares. Este año marcado por la tragedia de la pandemia la vida de ustedes (Juan y Bastián) es una luz de esperanza, esperanza de que puede haber un mundo distinto, esperanza que hay jóvenes como ustedes que quieren decir sí al Señor”, señaló.
Prosiguió en sus palabras recordando que ambos jóvenes son reflejo de lo que nuestra pastoral provincial, “Bastián, vinculado desde kínder a nuestro colegio y su familia vinculada a nuestra parroquia en Quillota. Juan, la misma historia, desde muy pequeño vinculado a la parroquia La Merced de Chillán, lo conocimos de acólito. Luego ambos participaron en la PJM, estuvieron con nosotros en las misiones”.
Fray Mario Salas invitó a los jóvenes que seguían la transmisión, “a no tener miedo a responder al llamado del Señor a esta vida como religiosos al servicio de los hermanos, porque nos consagramos a Dios y nos consagramos a los hermanos, a los cautivos de hoy”.
“Queremos dar gracias a Dios por su experiencia en Barcelona, cuna de la Orden, gracias a Dios por su familia, siéntanse bendecidos por Dios. Profesan los tres votos y el cuarto voto mercedario de dar la vida, dar la vida en la pastoral, en el estudio, en el servicio, en lo fraterno. No estarán solos, hay una comunidad que los va a acompañar y el Señor que nos acompaña día a día a través de la oración, los sacramentos y la experiencia comunitaria. Nuestra Madre los toma de la mano hoy día en esta consagración”, finalizó.
Posteriormente, en un especial momento, realizaron su profesión de votos simples y se hizo entrega de los distintivos de la profesión, las Reglas y Constituciones de nuestra Orden de la Merced.
La eucaristía finalizó encomendando a todos a nuestra Madre de la Merced cantando la Salve.
